La cáscara del huevo II

Entregó el último abrigo que quedaba, acomodó las perchas y juntó los vales del talonario, los guardó en la cajita azul, se colgó el tapado en el brazo, tomó la cartera y salió...y él, Martín, la esperaba junto a la puerta de la entrada, la espalda apoyada en la pared y ésa mirada que ella le conocía tanbien, de tantas noches ...
Caminaron, mucho, porque a ésa hora algunos bares están cerrados y los que abren de día todavía no habían levantado la persiana. Se cruzaron con otros trasnochados con sonrisas torcidas dibujadas en la cara, tristes muecas producto del alcohol. Se miraban a hurtadillas, élla con timidez, él también. Hablaban de cosas simples como el clima y trabajo, tán sólo para hacer tiempo hasta llegar al único café de la zona que abría "todo el día", entraron y se sentaron en la mesa que queda junto a la barra, pidieron una "lágrima" que se les enfrió y riendo la cambiaron por otra. Se miraban a los ojos, ella no podía creer tanta "suerte" y él...tampoco. Se gustaban, demasiado, y se podía sentir la excitación y ansiedad que despedían sus cuerpos, sus gestos, sus miradas.
Sin mediar palabras los dos coincidieron en que esta cita la tenían que terminar juntos y en un sólo lugar, así que se levantaron, dejaron el café atrás y atravesaron la entrada del hotel que quedaba en la vereda de enfrente, llegaron al cuarto y sin más se abrazaron, con la urgencia que dá el deseo del cuerpo del otro, sin desvestirse se olisqueaban como animales hambrientos, se besaban como bebiendole la vida y el hálito al otro y se tocaban...se tocaban...

Lo que sigue a continuación es un extracto de lo testificado por el encargado del hotel que es quién llamó a la policía, alertado por los gritos y los ruidos provenientes de la habitación 16:

...serían como las 7 am, llegaron juntos, parecían una pareja como cualquier otra, es más, él la llevaba abrazada! pidieron un cuarto y fueron, y cómo a la media hora comenzaron los gritos, y ruidos! cómo si tiraran cosas contra las paredes, los de los otros cuartos se quejaban y yo, mire, realmente me asusté, fuí y les golpée la puerta y cuando el hombre abrió ví que tenía unos rasguños en la cara, agarró su abrigo y salió disparando! yo entré al cuarto, estaba en penumbras y escuché unos quejidos que venían del otro lado de la cama, me acerqué despacio, sabe? porque no sabía con qué me iba a encontrar! y allí estaba élla, tenía la cara bastante desfigurada por los golpes, recuerdo el vestido, ROTO! le faltaba un bretel!, una peluca tirada, creo que de color rojiza era, estaba como sentada hecha un ovillo y repetía sin parar: "creí que sabías! creí que sabías! creí que LO SABIAS!!" ...disculpemé, pero van a clausurar el hotel? Pregunto porque esto es la primera vez que nos pasa...

Ella no regresó al trabajo en el guardarropas, sus heridas físicas sanaron, pero las de su alma no, vicisitudes de una mujer encerrada en el cuerpo de un hombre...



N.d.l.a: Pido disculpas a quienes sí escriben, lo mío es puro deseo de expresarme y compartir. Estos cuentos que publiqué acá pertenecen a un compilado que armé y titulé: Crímenes del corazón. gracias por leerlos.